Natural de República Dominicana, Johnny llegó a los 11 años a Estados Unidos y allí empezó a tocar percusión. Poco después, encontraría en la flauta a su inseparable compañera.
En los años 60, Pacheco se convierte en protagonista del boom de la pachanga. De hecho, su aporte en el sello Alegre de Al Santiago empieza a destacar, hasta que en 1964 funda el sello Fania, un emprendimiento que empezó desde abajo.
Al poco tiempo, el estratégico manejo comercial, apoyado en las radios, dio sus frutos. Y en 1971, el «todos estrellas» de la disquera, conocido como Fania All Stars, ofrece un espectacular concierto en un recinto llamado el Cheetah. Este concierto sería recordado como «el día que nació la salsa».
Lo que vino después fue una incontenible racha de éxitos. Pacheco fue descubridor de talentos y puente para que muchos de estos artistas destaquen. La historia de Willie Colón y Héctor Lavoe es solo una de tantas.
Sobre su aporte musical habría mucho que explotar. Pero rescatamos su condición de líder, de domador de egos, de hombre con la sonrisa abierta y la frase exacta. Un salsero total.
Ese fue Pacheco. Y hoy la comunidad salsera lo llora.
El Zorro Plateado, el hijo del barrio de los pepines en Santiago de los Caballeros, cerró los ojos para siempre. Pero su legado jamás será olvidado.
Este articulo es original de: Salserisimo