«Dios me ha trazado un camino,que tengo que recorrer. Por el cual debo aprender a manejar mi destino. Aunque con piedras y espinos, a veces ahogado en llanto lucho en contra del quebranto que me quiere lastimar peor no lo va a lograr, si me caigo me levanto».
Hay que leer los versos con la entonación y el bravío del artista. Hay que leerlos imaginando las pausas, los altos y el histrionismo de aquel hombre de corta estatura y voz inmensa, nacido en la provincia de Coamo, Puerto Rico. Quizás ese don le viene de la niñez, cuando acompañaba a su madre a lavar la ropa al río y entonces el niño inquieto de oído fino se extasiaba con las coplas de la lírica puertorriqueña.
Esos primeros cantos se quedaron en su memoria y marcaron un estilo que lo hizo único en la salsa. Y esos versos, que hoy recita con tan inspirado acento, parecieran hablar de su destino, de su propia historia: la del cantante que permaneció por 43 años leal a una orquesta y a su director hasta el día de su muerte y al que desde hace unos meses le ha tocado sortear un camino pedregoso para continuar haciendo lo que mejor sabe hacer: cantar.
Samuel Marrero González, más conocido como Sammy Marrero, es quien entona esos versos y a la vez es la voz que hiciera inmortal los himnos de la Orquesta La Selecta, de Raphy Leavitt: Payaso, Cuna Blanca, El Buen Pastor, Como el Moriviví, Siempre Alegre, Soldado, La Villa de Condenados, Jíbaro Soy, Falsedades, Perla Mala, Chiquilla… Sammy es la voz de esos temas de tinte social, filosófico y hasta místico que distinguió a una agrupación admirada por permanecer ausente a los excesos de los artistas de la época. La Selecta era distinta, libre de escándalos, sin ambiciones masivas, lo suyo era intimidad, golpe, sentimiento. Incluso, fue grande sola, doble mérito en unos años fuertemente marcados por el fenómeno Fania al que llegaron casi todos los dioses del Olimpo salsero.
El 6 de agosto de 2015, cuando Raphy Leavitt murió en Miami, víctima de una bacteria en su prótesis de cadera, el salsero caleño lloró su partida. Su muerte, como pocas de este género, se volvió ‘viral’ en una ciudad que parecía suya. Volvieron los recuerdos de esas noches mágicas, que en plumas de cronistas expertos en el género, como Ossiel Villada, evocaron un Festival de Orquestas en que el estadio entero enloqueció con el canto de ‘Payaso’ y Raphy y Sammy, entonces, se ‘hicieron caleños’.
Carlitos Ramirez, Raphy Leavitt y Sammy Marrero: Orquesta La Selecta
Meses después de silenciarse las notas del piano Leavitt, la familia anunció que La Selecta se acababa, que no iba más. Y sus músicos, los mismos que estuvieron con Raphy por años, porque en esta orquesta jamás hubo desfile de cantantes ni músicos, quedaron suspendidos en el aire. Pasados unos meses decidieron seguir el camino y fundar una nueva agrupación a la que bautizaron como Sammy Marrero y su Orquesta. Juntos emprendieron el camino desde inicios del año y en julio entraron a un estudio de grabación.
“Somos los mismos músicos desde La Selecta. Se metió el baritono que le da la diferencia al sonido de la orquesta pero con la misma esencia y sabor de Sammy Marrero, ‘el trovador de la salsa’. Los dos muchachos son los mismos. Charly Maldonado y Víctor Ramírez. Sammy es la franquicia de esta orquesta”. Carlos Ramírez
Entonces surgió un litigio legal con el que no contaban: María Milagros Barreto, la viuda de Raphy Leavitt, emprendió una acción legal que lleva varios meses en curso y que distanció cualquier antigua relación con Sammy y músicos de la orquesta. Según el portal La Diferencia Salsera, la demanda está entablada en reclamo de violación por derechos de autor y daños por cerca de 850.000 dólares.
La demanda pide también que se le reconozca a la familia 5.000 dólares por cada presentación que Sammy Marrero y su Orquesta realicen en Puerto Rico y 10.000 dólares por las que se hagan fuera del país. José Armando López, administrador de la orquesta, explicó recientemente a Gaceta que no se han opuesto a pagar los derechos de autor, pero que las pretensiones económicas de la familia Leavitt por concepto de las presentaciones son demasiado altas.
Andrés Jiménez ‘El Jíbaro’, uno de los artistas más queridos de ‘Puertorro’, pidió a todos los artistas de la Isla rodear a Sammy por lo que considera una injusticia, impedirle cantar los temas que por más de 40 años ha interpretado. Y recordó que Raphy era un defensor de la ‘jibaridad’ por lo que no creería que estuviese de acuerdo con lo que ocurre. Incluso, en el programa de tv puertorriqueño ‘Lo sé todo’ instó a los artistas a cantar en las plazas públicas las canciones de Raphy, como un patrimonio de la tierra, que le pertenecen a todos.
Mientras tanto, Sammy, a sus 74 años de vida, arranca de nuevo, ‘como el Moriviví’ que tanto cantó. Sobre los líos de estrados judiciales guarda silencio. Prefiere expresarse con su música, con esos versos de ‘Si me caigo me levanto’ que incluso alcanzó hace poco los primeros lugares en las listas de emisoras de Medellín, que en acogida a espectáculos salseros le viene tomando la delantera a la Capital de la Salsa.
En su paso reciente por Cali, tras una frustrado concierto que al parecer no tuvo los permisos ni el aforo necesario para ser realizado, Sammy estuvo con la gente, cantó de manera espontánea en un parque, en un restaurante, se tomó fotos con fanáticos y conversó con Gaceta sobre Raphy, la vida y la música. Este es su testimonio:
SU SAGRADO COMPADRE
“Raphy era mi sagrado compadre. Él bautizó a mi hija mayor y todos los años le hacía un regalo a ella y a su hermana Ruth Dalia, que murió en Bayamón, luego que hubo un tiroteo y ella trató de esquivar las balas. Tenía 29 años, para mí era una niña. Raphy siempre estuvo con nosotros.
Desde finales del 70 el señor Raphy Leavitt Rey me dio la oportunidad. Fue a buscarme a Falín Torrech (en Bayamón), un caserío donde yo era el que más pagaba renta. Él estaba buscando cantante para su orquesta. En ese tiempo yo estaba casado con Ruth Santarrobles, que fue mi primera esposa. Entonces yo pasaba por una bronquitis y me dijo: “Aprende estos cuatro temas y cuando puedas me llamas”. Cuando el médico me da de alta él ya tenía otro cantante. Yo seguí cantando con un grupo pequeño, en el que Oswaldo, el hermano de Bobby Valentín, era el líder y después de mucho tiempo yo me di cuenta que cobraba el doble. Las cosas hay que decirlas tal como son, yo no puedo tapar el cielo con las manos. Toda la vida me he ganado el dinero que he podido para mantener a mis hijos.
En el tiempo que me conocí con Raphy yo fumaba. El médico me decía que debía dejar de fumar y así fue. No tuve que ver al siquiatra, eso es voluntad del hombre. Porque si el hombre tiene voluntad para empatarse con una mujer que no es la de él, tiene que tener voluntad también para salir del vicio. Empecé con Raphy Leavitt con 4 temas en los bajos del Banco Popular, de la parada 17 en Santurce, gané 30 dólares en ese primer baile.
¡BASTA PAYASO!
“El 11 de febrero de 1971 empezamos a grabar en un estudio. Vamos a una audición invitados por el señor Darío González de Discos Borinquén, con el cual nos había recomendado Nacho Sanabria, del sabor de Nacho. Cantábamos y cantábamos canciones y él no se interesaba, hasta que a mí se me ocurre decir: ‘tócate Payaso’, y me responden ‘pero cómo vamos a tocar Payaso’, y les insistí ‘tócate payaso’. Y lo tocó y la historia nos cambió:
Basta Payaso,Te están mirando Y esos dos ojos Ya están llorando.
Al siguiente día Raúl, un conocido locutor en Puerto Rico, empezó a poner ‘Payaso’ en la radio, en el verano del 71. No fue la ‘Cuna Blanca’, como piensa mucha gente. Esa fue el 28 de octubre de 1972 cuando muere Luisito Maisonet, en ese accidente fatal que también dejó en coma a Raphy. Esa fecha que nunca se me olvidará. Empezamos los trámites a viajar con el señor Ralph Cartagena, él me conoce desde el principio. Esa época es gloriosa. Fueron 43 años y medio. Viaje aquí y allá, una vida inagotable…”.
Que nadie grite, que nadie llore de sentimiento, Si aquel amigo solo se ha ido al descanso eterno. Nadie se atreva a llorar, dejen que ría en silencio.
GENTE SELECTA
“¿Que por qué La Selecta era una orquesta modelo? Siempre ha sido así, como es ahora la orquesta de Sammy Marrero, porque respetamos el lucro de personas que nos van a ver, damos lo mejor de nuestras capacidades sin faltarle respeto nunca a nadie. Yo creo que en el mundo de la música hay muchos que tienen mucho nombre pero se faltan el respeto a sí mismos cuando se creen más grandes que Dios. Y más grande que Dios no hay nadie. Dios creó al mundo y todo el universo. Por eso yo cuando canto en muchas canciones mencionó a Dios, porque es mi guía”.
LA DISPUTA
“¿Qué pasó con la familia de Raphy? Esa pregunta se la puede hacer a la esposa de Raphy no a mí. Es un caso aparte que no voy a tratar. Es que hay medios que se dedican a hablar de las personas sin conocer lo que pasa.
El señor José Armando López y el señor Edgar Nevárez quisieron sacar adelante nuestra orquesta y en el área internacional, apoyados por Ralph Cartagena. Es una etapa desafiante pero yo con el favor de Dios voy a salir adelante, con mis muchachos”.
LA SALSA DE HOY
“Yo creería que hay cierto engreimiento entre los artistas de hoy, que se creen dioses y en la tierra no hay dioses. Hay seres a quienes Dios les da la oportunidad de trabajar y engrandecerse. Para aquellos que se portan mal hay un fuego inmenso, eterno. Lucifer, el ángel querido de Dios, quiso pasar por encima de su ley. Eso mismo les puede pasar a aquellos que se creen Dioses.
‘Si me caigo me levanto’ es una lección de humildad. La compone René Ramos Reyes, un muchacho evangélico. Edgar Nevárez encontró impactante la letra y me la trajo”.
SIEMPRE ALEGRE
“Hay tantas canciones que hacen parte de nuestra historia.. ‘Payaso’ fue la que me dio a conocer y marcó una época y por eso la recuerdo tanto siempre.
‘Chiquilla’ también sobresale. Esa es de Luis Marrero González, y no es familia mía. Chiquilla, que cuentas tan escasas primaveras…
‘Siempre alegre’ es de un señor muy querido al que conocíamos como ‘El Canario’. Para esa canción habló con Manuel Jiménez que le conocían como ‘La Pulguita’. Él cantaba con Chiquitín García monta el tema y cuando llega a la casa de Raphy le dice ‘yo quisiera ponerle unos coros’ y empieza ese ay, lelolay, siempre alegre. Esa canción significa una época muy especial en nuestras vidas, siempre estará en mi memoria”.
Hay que pasar la vida siempre alegre,
Después que uno se muere, de qué vale
Hay que gozar con todos los placeres.
Cuándo uno va a morir, nadie lo sabe.
Como la vida es corta yo la vivo
Y gozo con el vino y las mujeres
He de pasar mi vida siempre alegre
Ay, lolelolay, lolelolay, lolelolay.
«Venir a Cali es sentir mucho cariño, mucha honra. Tengo mucho respeto a este pueblo que me ha brindado respeto y amor por las canciones. Que Dios me de muchos años para que Cali sepa que este corazón le pertenece”