En una grata entrevista realizada a quien es conocido mundialmente como “El Cigala”, Víctor Sánchez Rincones, logra desdibujar todo lo que trajo consigo la grabación de la nueva producción del español, ahora adentrándose en el mundo de la salsa.
Un día antes lo había visto en el programa El Hormiguero de Pablo Motos, histriónico, irreverente y divirtiéndose a plenitud. Y la ocasión se prestaba también porque a pesar de la muerte de su esposa, Amparo, su musa, El Cigala entraba en un estado de liberación, ya que estrenaba “Indestructible”, un disco de salsa que lo tuvo en una “montaña rusa” de sensaciones en los dos años que duró este proceso musical.
Esa noche en que lo veía riéndose y siendo como es él, auténtico y original, ya sabía que lo iba a entrevistar. Siempre había visualizado estar frente a él, con esa figura parecida a Jesucristo, de piel morena, y pelo largo ensortijado y sus manos llenas de anillos de oro, y cadenas del mismo metal rodeando su cuello. Tanto brillo lo hace especial, y a la vez muy gitano, una marca inconfundible en cualquier parte del mundo. Y es que El Cigala es un ser en extinción. En España, como él lo ha reiterado, ya no quedan cantaores. No se ve en el horizonte el reemplazo de este gigante de la música controvertido y único en su especie.
El día del encuentro en el hotel, un séquito de personas lo rodeaban, entre ellas su equipo de Sony Music Spain, y su productora de conciertos, Dr. Zhivago, los cuales no le perdían un segundo la mirada. Él, sentado en el sofá, después de haber concedido una decena de entrevistas, me recibió con los brazos abiertos. Se aferró a mí con esa figura paternal que lo acompaña y me dio la confianza necesaria para no sentir temor alguno ante su figura imponente.
¿Maestro por qué decide hacer un disco de salsa?
Estoy enamorado de la salsa. Empecé a sumergirme más en el mundo de la salsa cuando conocí a Bebo. Pero mucho antes ya escuchaba a Antonio Machín, Rolando la Serie, Benny Moré, El Gran Combo de Puerto Rico… Pero les tengo tanto respeto, tanta admiración, que me daba pavor grabar un disco con sus canciones. Luego empecé a conocer a Héctor Lavoe, a Cheo, la Fania, y con mi compañera que en paz descanse, dos años atrás empezó la búsqueda de los temas, ¡qué temas!
¿Qué le decía su esposa de la salsa?
Ella era una enamorada. Le encantaba. Lo que sí me decía siempre era: “Tienes que cantar esto. Te va a ir genial”. Entonces elegimos los 11 temas como el que va a un sastre a hacerse un traje a medida. “Periódico de ayer”, “Hacha y machete”, “Juanito Alimaña”, “ Indestructible” y “Nací moreno”, entre otros, eran temas que me venían a mí a la manera de cantar, que yo les podía dar ese giro, sin perder ni un segundo lo que es la salsa, la salsa de verdad, de los 70 y 80’s cuando estaba la Fania, todos estos genios; y yo he hecho mi viaje personal. No es que ellos hayan venido a mí, yo he ido en busca de ellos, y me ha pasado en mi querida Colombia, la que amo mucho y quiero mucho, y en Cali con José Aguirre, con la Fania en Puerto Rico.
Juntar a la Fania después de 30 años era imposible, meterlos todos a un estudio, y verse ellos mismos las caras, que no se veían desde hace 25 años, porque eso no se da más, por la edad, y por el cariño y con el amor que lo han hecho. Y en La Habana me pasó lo mismo con Fiesta para Bebo, con los Muñequitos de Matanza, con mi compadre Oscar D’ León. No he visto persona más buena en mi vida: con tanta disposición, tanto cariño, tanta verdad. Cómo le cautivó el tema, “El paso de encarnación”, ya lo conocía, pero fueron demasiadas emociones. Estaba uno en una montaña rusa todo el rato porque ha habido mucha verdad y se ha llevado el disco como queríamos y como le hubiera gustado también a ella, mi esposa.
Usted sabe que este es un disco soñado, pero a la vez es un álbum para arrasar en los Grammy ¿Ha pensado alguna vez ha en premios?
¡No! El mayor premio que yo tengo ahora mismo es haber podido hacer este trabajo y habérselo podido dedicar a Amparo que en paz descanse.
Es un disco de luz…
De mucha luz, de estar iluminado todo el rato.
¿Cuándo usted escucha los temas la ve a ella?
Sí, sí, sí, sí…
¿Qué le dice ella a través de las canciones?
El amor que he sentido, que siento por ella, y mis hijos. Ha sido súper difícil ponerme unos cascos en una cabina y cantar.
¿Ha llorado mucho?
¡Mucho, muchísimo!, pero siempre ha estado el alma de ella ahí, todo el rato, todo el rato…
¿Es usted un hombre feliz?
Sí, sí, por mis hijos, los quiero tanto, los amo tanto. Por mi música, y también lo que es la ironía de la vida: hacer un disco tan divertido, tan alegre en un momento de mi vida muy difícil, muy doloroso, pero el que manda es el Todo Poderoso, entonces lo dejo en manos de él. Él me va dictando.
El Cigala es un artista muy querido en otros países, ¿usted cree que España le ha dado el reconocimiento que se merece?
Yo creo que sí, en parte. Dicen que nunca nadie fue profeta en su tierra. Puede ser, puede ser, pero España siempre me ha tratado con mucho cariño, con mucho respeto. ¡Siempre! Y si es verdad que ahora cuando llegas a conquistar a otro público como el de Latinoamérica, lo difícil que es entrar por ese canal, con flamenco, y que llegues a los teatros y estén llenos y veas a la gente como te admiran, te quieren y te respetan; esa es la recompensa de mi música. Nunca jamás he pensado en premios, en Grammys, que son fabulosos y maravillosos porque ahí se ve el reconocimiento del artista y el esfuerzo cuando esa gente vota en la Academia. Pero no pienso en eso, porque si pensase en eso ya no sería igual.
“Indestructible” es un álbum de compromiso, ¿le teme a la crítica?
No, no, no vivo para la crítica y no vivo para los periodistas. Además hemos tenido la prueba de fuego que ha sido en Puerto Rico, el día 1 del mes pasado, y ya estar en el escenario con la Fania, en Bellas Artes con todo ese teatro lleno, todos esos boricuas diciéndote ok, y poniéndose de pie y bailar: ¡prueba superada! Porque estamos entrando en el terreno de ellos, de su música. Y que el pueblo puertorriqueño te haya recibido con los brazos abiertos y te diga qué discazo, es un regalo.
¿Se considera un revolucionario de la música?
Un poco…
¿Por qué se mete siempre en más de un berenjenal?
(Risas). Pero con conocimiento de causa. Nunca haría nada que pudiese estorbar o molestar de alguna manera. Tengo mucho respeto por la música y cuando hago algo lo hago de manera que tiene que llegarme, me tiene que cautivar, me tiene que emocionar, me tiene que hacer soñar para yo poder darle esa interpretación porque la salsa para cantarla tienes que darle interpretación.
¿Cuál fue el tema más difícil de interpretar en este álbum? Porque ahí hay palos flamencos…
Para mí el tema difícil fue “Se nos rompió el amor” de Rocío Jurado y Manuel Alejandro. Es un tema muy difícil de cantar y sobre todo llevarlo a salsa. Porque yo lo cantaba a piano y lo llevamos en directo, hasta que un día se nos ocurrió realizarlo en salsa. Otro fue “Hacha y machete”; es un tema que se me ha resistido muchísimo. Hubo un momento que por poco tiro la toalla, me decía a mí mismo ya no lo grabo. Pero mi compadre Yumito me animaba y me decía te va a salir en una de esas noches…Y pasó en Colombia, en Cali, con José Aguirre. De todos los temas el único que se ha quedado con una voz de referencia fue “Se nos rompió el amor”. Salió de una. La más difícil. Las demás las he cantado en Punta Cana, con tiempo, pero este fue el primer tema que grabamos maqueteando el año pasado. Después de escucharlo una y otra vez llegamos a la conclusión de que estaba más que cantado; nos sorprendimos muchísimo. Esas son las que valen, te pilló con un aura que había; quedó tan caliente que no lo toqué más.
¿Qué piensa usted de la muerte?
Es un paso. Creo que hay otra vida después.
¿Le tiene miedo a la muerte?
Sí, le tengo miedo a la muerte. No quiero sufrir a la hora de morir.
¿Piensa en ella?
No, no, no…Soy demasiado joven para pensar en ella. Prefiero pensar en mis hijos y en mi música, pero si tiene que llegar cuando el Todo Poderoso disponga, que sea sin sufrir.
¿Cuáles son sus referentes musicales?
Camarón de la Isla, Paco de Lucía…
Y cuando lo comparan con Camarón…
Uff, me siento feliz, y no. Yo creo que Camarón era irrepetible. Camarón había uno nada más. Solo uno. Como cantaba Camarón no canta nadie. Es muy bonito que te comparen con él pero estoy muy lejos de lo que era Camarón. Para mí es lo máximo.
¿Cree que hay un futuro en la música flamenca? ¿Ve a alguien con futuro en estos momentos?
No visualizo ahora a nadie. Hay un parón ahí. Sí en la guitarra, por ejemplo mi compadre Diego del Morao. Es la mejor guitarra que hay ahora mismo. Se nos fue Paco y queda la guitarra de Diego del Morao. Es increíble como toca. Pero lo tiene porque Dios se lo ha dado. De cante es otra cosa.
¿Maestro, por qué tengo que gastarme 11 o 15 euros en “Indestructible”?
Porque te lo vas a gozar y te va a dar muy buenas satisfacciones. Como buen aura te va a dar mucha paz. Y sobre todo te vas a emborrachar con el disco (risas).