El cofundador de Fania Records cumple 85 años de edad.
En mi cuento ‘Domingo Sonoro’, de mi libro de cuentos Bomba Camará, uno de los primeros que escribí sobre los 17 años, narraba la historia de un grupo de adolescentes que despertaban a la vida, tirando paso, bailando pachanga.
¡A bailar pachanga! El domingo sonaba en nuestra piel. Pachanga con charanga. Que sea como sea. Sonaba Acuyuye y nos tirábamos a la pista.
Johnny Pacheco siempre estuvo en el barrio obrero, en nuestra adolescencia, su flauta se encuentra en nuestra memoria y marcaba los pasos que inventábamos.
Humberto Corredor fue mi amigo de infancia, veíamos películas mexicanas, de las rumberas más conocidas, como Tongolele y Meche Barba, y jugábamos fútbol. Un día, muy joven, se fue a Estados Unidos, se convirtió en coleccionista y empresario. Fundó una empresa con Larry Landa, otro caleño. En agosto de 1980 organizó la primera gira de Fania All Stars por Suramérica, iniciando en Panamá y Barranquilla. Fui a Barranqulla para que Larry Landa me hiciera el contacto con Celia Cruz para hacer mi libro.
El día del concierto, en el estadio Romelio Martínez, salimos entre un cordón de policías, Johnny Pacheco, Larry Landa y mi persona. Cuando menos pensamos los policías desaparecieron. Pacheco se puso histérico. Corrió sin saber hacia dónde. Se cayó al piso, Larry y yo, lo recogimos. Apareció el empresario local y lo montaron en un carro y se lo llevaron. Fue mi primer contacto con Pacheco.
En Cali, estuvimos hablando, le conté de un reportaje que le había hecho a Rafael Lay Apesteguía, de la orquesta Aragón, diciéndome: “Le voy a pasar la cuenta a Pacheco”. Pacheco me dijo: ¨Muestrame eso, estuve con él en Caracas hace poco y no me dijo nada, se supone que somos amigos”. El concierto de Cali fue apoteósico. El remate fue en el hotel Petecuy. El Conjunto Clásico hizo una descarga con algunos músicos de Fania. Pacheco, embalado, se subió a la mesa. Así conocí a Johnny Pacheco, el director de la Fania, quien impuso el sonido latino en el mundo.
Muchos fueron los encuentros posteriores, en Nueva York, en Cali, hasta la última vez que vino Fania a nuestra ciudad, en 1996, nos queda unas fotos muy lindas de recuerdo. También cuando vino antes y Miguel Yusti, como alcalde encargado, lo condecoró. En ese momento, Johnny Pacheco, dejó un testimonio escrito afirmando: “Cali es la capital mundial de la salsa”.
Antes de venir con Fania en el 1996, estuvo en 1990, en las Vallas, todo el concierto estuve en la tarima con él. Subió con bastón y su esposa le daba aguardiente. Al rato, ya tocaba y cantaba sin el bastón. La música era una fiesta para él, su vida.
Ahora, su esposa, Cuqui, lo tiene encerrado y no lo deja ver ni siquiera por sus más íntimos amigos. Es su esposa, pero no lo comparto. A las carreras le hicieron un documental como tributo, llevándolo a Santa Domingo. No tiene buena calidad, algunos testimonios son importantes como el de Rubén Blades, quien dice: “Sin Pacheco no hubiera sido el que soy”.
Este es el Johnny Pacheco que admiro incondicionalmente, a pesar de las críticas y malos comentarios de otros músicos. Pacheco es el gran visionario, nunca la música latina volverá a estar en ese nivel que la colocó él junto a Massucci.
Tengo muchas anécdotas con él, con Humberto Corredor, que eran como hermanos.
Articulo original de: Salserisimo