El legendario cantante boricua cumplirá 73 años de edad con un concierto en Lima. Recordado por clásicos de la salsa como ‘De barrio obrero a la quince’ o ‘El juicio’, el artista será el gran atractivo del Primer Encuentro Internacional de Melómanos y Coleccionistas.
Por: Martín Gómez V.
Ernie Agosto estaba a punto de grabar el primer disco de su orquesta La Conspiración y quería a Chamaco Rivera como cantante. Ya en los estudios de Fania, el líder de la disquera, Johnny Pacheco, le alcanza a Ernie un contrato para que lo firme su joven vocalista. Como todo el documento estaba en inglés, Chamaco pidió llevarse dichos papeles a su casa y traerlos firmados al día siguiente.
A Pacheco no le gustó la actitud de Chamaco, no le gustó que le exigiera eso a Ernie. Por eso, un poquito arrogante y prepotente le dijo al líder de La Conspiración: “bueno, pues, si él no firma el contrato, aquí no puede grabar…”.
Esa actitud no le gustó a Chamaco así que se retiró y se fue. Hoy, el cantante recuerda aquello como algo anecdótico. “Fíjate que mes y medio después, me encuentro con Willie Rosario, grabo con él y la historia ya la conocen ustedes». Lo curioso es que al iniciar trabajos con Mr. Afinque, Chamaco igual tenía que cruzarse en el ambiente con Pacheco. Hasta hoy, el cantante no sabe si por orgullo o por qué, pero Johnny nunca le dirigió la palabra.
Usted se encuentra con Willie Rosario cuando estaba con la Sonora Casino…
Así es. Yo estaba cantando con la Sonora Casino, estábamos alternando esa noche con su orquesta. Y parece que (a Willie) le gustó la manera como yo estaba cantando. Ahí nació la gran oportunidad de trabajar con él.
Entiendo que usted ha mantenido una vida libre del cigarrillo y otros vicios. Pero ¿cómo hizo para no caer en esas tentaciones cuando el ambiente latino en Nueva York estaba lleno de salsa y excesos?
Es que cuando empecé con Willie Rosario, los consejos más sabios y los consejos más sanos, me los dio él. Yo tengo es séptimo grado de escuela, pero a mi la vida me ha enseñado mucho. Me he mirado en el espejo de todos estos compañeros, que desgraciadamente por el uso de las drogas y el licor, han pasado a otra etapa: a la muerte. Y te digo más, yo le cogí mucho miedo, porque yo vi con mis propios ojos lo que le pasó a muchos compañeros, por eso nunca me interesó (el vicio). Pero, además, quiero dejar en claro que yo no critico a nadie. Cada cual escoge su vida y se hace responsable. Pero es muy triste estar en una mesa junto a unos fanáticos y que uno de ellos diga mira cómo está fulano cantando, mira que casi se cae, mira que se olvidó la letra. Y eso da vergüenza ajena. Pero cada cual escoge su vida.
‘La vida’ es un tema emblemático en su repertorio. ¿Es casualidad o siempre lo ha motivado reflexionar acerca de los problemas del ser humano?
Es que no me gustan las injusticias ni que abusen de nadie. Por ejemplo, cuando yo grabé ‘Juan González’, tema de Rubén Blades, lo hice porque la canción me gustó. La tierra viste de luto / mataron a Juan Gonzalez. Yo nunca lo conocí, ni sé quién era (Juan González), pero me gustó la letra, el mensaje. Y en cuanto al ‘El juicio’, fíjate que lo canté en esos tiempos (a fines de los 70’) y hoy también se ven a los falsos profetas, los pastores abusando de niños y todas esas cosas. Por eso, hice ‘El juicio’. Luego con Primitivo Santos estuve en unas grabaciones donde había un tema ‘Deja el mundo y sigue a Cristo’. Todas esas canciones con mensajes son las que a mí me gustan. Eso sí, mis creencias políticas las guardo en mi corazón.
En su trayectoria ¿qué lugar ocupan los boleros?
Te voy a decir algo: siento que soy más bolerista que sonero. Me encanta Felipe Rodríguez. Mis tíos escuchaban a Blas Hernández y Julio Jaramillo. Siempre simpaticé con esos boleristas. Tal es así que la primera vez que subí a una tarima, como aficionado, canté un bolero de Emilio Quiñones, ‘Besos inolvidables’, uno de esos tema cortavenas.
En el primer Lp que graba con Willie Rosario hay un bolero escrito por Tito Rodríguez.
Sí, yo lo conocí personalmente. Fue Willie Rosario quien me llevó a la oficina de Tito en la octava avenida en Nueva York. “Me gusta la voz de este muchacho”, le dijo a Willie y nos dio ‘Negras cenizas’. Yo siempre en los conciertos trato de meter un bolerito.
¿Conoció a Daniel Santos? ¿le gustaba su estilo?
A quién no le gustaba Daniel Santos, muchacho. Él fue vecino mío en Levittown, en Toa Baja. Allí tenía un restaurante que le decían el Internacional donde puso las banderas de muchos países. Siempre andaba con Justo Betancourt. ¿Qué te puedo decir? Daniel era tremenda persona, era amigo de todo el mundo. Siempre con sus jocosidades. Pero la vida no hizo con él lo que a la vida le dio la gana. Fue al revés. Daniel Santos hizo con la vida lo que a él le dio la gana. Se murió cuando se le antojó morir. Yo creo que un día él dijo: bueno, ya yo hice lo que me dio la gana, ahora me voy a morir. Entonces se vino para La Florida y se murió en un pueblito que se llama Ocala. Así se nos fue Daniel.
Hay una canción que usted escribe dedicada a Héctor Lavoe. Cuénteme esa historia.
Conocí a Héctor cuando él estaba empezando con Willie y yo hacía presentaciones con La Conspiración. Ernie tuvo dificultades con un cantante y yo fui unas cuantas noches. Allí hice amistad con Héctor. Como alternábamos en los clubs, hicimos amistad. Un día estando en Puerto Rico me puse a pensar en todas las cosas que Héctor estaba pasando y las que había pasado. Fue así que nació la canción ‘Contéstame Dios mío’, que es un tema en el que Héctor le pregunta a Dios por qué el estaba todavía con vida si había pasado tantas cosas.
Entonces lo escribió cuando Héctor aún estaba con vida…
Así es. Y el día que escribí esa canción, llamé a Héctor -como a las dos de la madrugada- y le dije, “Flaco, mira, aquí tengo esto, mira a ver si te gusta…”. Cuando le canté el tema a capella, él se puso a llorar. Me dijo: “oh Chamaco, por favor, mándame eso, que esto y lo otro”. Esperé unos cuantos días, entre que cuadraba el tema y además le ponía ritmo y se lo envíe a Raphy Mercado y a la gente de Fania. A todos les encantó el tema. Pero me llamaron y me dijeron: “mira Chamaco, nos vamos a quedar con el tema y te vamos a adelantar un dinero”. Yo les dije, esperen, esperen, yo no hice eso para lucrarme de dinero, yo hice eso para que Héctor lo cante.
¿Qué le respondieron?
Que no, que ya Héctor no podía cantar. Entonces les pregunté, entonces por qué quieren retener el tema. Fue ahí que cometieron un error y me dicen que ellos querían que Van Lester –que se parecía mucho a Lavoe– lo iba a cantar. Entonces, les dije que yo no lo escribí para Van Lester. Él es un gran cantante, yo lo reconozco, pero es un imitador de Lavoe. A mí no me interesa y me devuelven el tema, por favor. Así que en Puerto Rico, hablé con unos compañeros, como Tony Castro, Roberto Roena, Bobby Valentín, se hizo el arreglo a dos trombones y un barítono y así grabé el tema en homenaje a Lavoe.
Usted sabe que en Perú hay muchos fanáticos de Lavoe. ¿Qué siente llegar por primera vez a esta tierra?
Para mí es un orgullo visitar tu tierra por primera vez. En años anteriores, cuando yo hice un tema con José Feliciano que se llamó ‘Consuelo’ intentaron llevarme a Perú, pero cuando me contactaron yo tenía otros compromisos y no se pudo. Hace muchos años de esto. Pero yo soñaba con visitar Perú. Gracias a Dios esto se cumple y además voy a cantar el día de mi cumpleaños. Fíjate tú.
Chamaco Rivera cumplirá 73 años de vida en unos días más y cantará en Lima como figura invitada en un encuentro de melómanos y amantes de la salsa. Hay expectativa por verlo en acción. El hombre lleva en su trayectoria el sello musical de Willie Rosario y orquesta. Afirma que hoy está cantando mejor que en su juventud. También nos dice y repite que vive orgulloso de su familia, de sus siete hijos y del cariño de sus fanáticos. Que nunca los va defraudar. Que todo lo que ha logrado se lo debe a Dios, en primer lugar; y a Willie Rosario en segundo lugar. Así de sincero se muestra el cantante nacido en Guayama y que hoy vive en una finca en La Florida. Mientras nos despedimos, asegura que su casa está lista para recibir a sus amigos de Perú y añade que en su hogar se come mejor cuando él cocina. Esa invitación está para no perdérsela. Por lo pronto, a los salseros de Perú, nos toca atenderlo en Lima.
Fuente:Salserísimo